domingo, 23 de enero de 2011

Bienvenida

¡¡Hola a todos/as !!

Quisiera comenzar por expresar lo importante que es fomentar una educación basada en la igualdad, el respeto , el compañerismo, la diversidad , la cual es un factor bastante enriquecedor para toda escuela.

Trabajar por proyectos en las escuelas de infantil daría una mayor autonomía a los niños y niñas. Gracias a trabajar por proyectos el alumnado aprendería lo que realmente les interesa aprender. De esta forma el educador deberá tener como principal objetivo una actitud de escucha constante hacia los intereses de los niños/as. El alumnado podrá  aprender a través de la vida diaria , del juego, de situaciones fortuitas que le ayudarán a realizar un aprendizaje significativo.

En definitiva, trabajar por proyectos no se ocupa de cubrir todos los contenidos de los proyectos , sino de desarrollar las capacidades necesarias para provocar aprendizajes autónomos.

A continuación os presento unos vídeos de la importancia de un aprendizaje cooperativo y de lo necesario que es la colaboracion.












EL RINCÓN DE LA LECTURA

LAS HABICHUELAS MÁGICAS
Periquin vivia con su madre, que era viuda, en una cabaña de bosque. Con el tiempo fue empeorando la situacion familiar, la madre determino mandar a Periquin a la ciudad, para que alli intentase vender la unica vaca que poseian. El niño se puso en camino, llevando atado con una cuerda al animal, y se encontro con un hombre que llevaba un de habichuelas.
-Son maravillosas -explico aquel hombre-. Si te gustan, te las dare a cambio de la vaca. Asi lo hizo Periquin, y volvio muy contento a su casa. Pero la viuda, disgustada al ver la necedad del muchacho, cogio las habichuelas y las arrojo a la calle. Despues se puso a llorar.Cuando se levanto Periquin al dia siguiente, fue grande su sorpresa al ver que las habichuelas habian crecido tanto durante la noche, que las ramas se perdian de vista. Se puso Periquin a trepar por la planta, y sube que sube, llego a un pais desconocido. Entro en un castillo y vio a un malvado gigante que tenia una gallina que ponia huevos de oro cada vez que el se lo mandaba. Espero el niño a que el gigante se durmiera, y tomando la gallina, escapo con ella. Llego a las ramas de las habichuelas, y descolgandose, toco el suelo y entro en la cabaña.
La madre se puso muy contenta. Y asi fueron vendiendo los huevos de oro, y con su producto vivieron tranquilos mucho tiempo,hasta que la gallina se murio y Periquin tuvo trepar por la planta otra vez, dirigiendose al castillo del gigante. Se escondio tras una cortina y pudo observar como el dueño del castillo iba contando monedas de oro que sacaba de un bolson de cuero.

 En cuanto se durmio el gigante, salio Periquin y, recogiendo el talego de oro, echo a correr hacia la planta gigantesca y bajo a su casa. Asi la viuda y su hijo tuvieron dinero para ir viviendo mucho tiempo. Sin embargo, llego un dia en que el bolson de cuero del dinero quedo completamente vacio. Se cogio Periquin por tercera vez a las ramas de la planta, y fue escalandolas hasta llegar a la cima. Entonces vio al ogro guardar en un cajon una cajita que, cada vez que se levantaba la tapa, dejaba caer una moneda de oro. Cuando el gigante salio de la estancia, cogio el niño la cajita prodigiosa y se la guardo. Desde su escondite vio Periquin que el gigante se tumbaba en un sofa, y un arpa, oh maravilla!, tocaba sola, sin que mano alguna pulsara sus cuerdas, una delicada musica. El gigante, mientras escuchaba aquella melodia, fue cayendo en el sueño poco a poco .Apenas le vio asi Periquin, cogio el arpa y echo a correr. Pero el arpa estaba encantada y, al ser tomada por Periquin, empezo a gritar: -Eh, señor amo, despierte usted, que me roban! Despertose sobresaltado el gigante y empezaron a llegar de nuevo desde la calle los gritos acusadores: -Señor amo, que me roban! Viendo lo que ocurria, el gigante salio en persecucion de Periquin. Resonaban a espaldas del niño pasos del gigante, cuando, ya cogido a las ramas empezaba a bajar. Se daba mucha prisa, pero, al mirar hacia la altura, vio que tambien el gigante descendia hacia el. No habia tiempo que perder, y asi que grito Periquin a su madre, que estaba en casa preparando la comida: -Madre, traigame el hacha en seguida, que me persigue el gigante! Acudio la madre con el hacha, y Periquin, de un certero golpe, corto el tronco de la tragica habichuela. Al caer, el gigante se estrello, pagando asi sus fechorias, y Periquin y su madre vivieron felices con el producto de la cajita que, al abrirse, dejaba caer una moneda de oro.


EL GATO CON BOTAS
Erase una vez un viejo molinero que tenía tres hijos. Acercándose la hora de su muerte hizo llamar a sus tres hijos. "Mirad, quiero repartiros lo poco que tengo antes de morirme". Al mayor le dejó el molino, al mediano le dejó el burro y al más pequeñito le dejó lo último que le quedaba, el gato. Dicho esto, el padre murió.

Mientras los dos hermanos mayores se dedicaron a explotar su herencia, el más pequeño cogió unas de las botas que tenía su padre, se las puso al gato y ambos se fueron a recorrer el mundo. En el camino se sentaron a descansar bajo la sombra de un árbol. Mientras el amo dormía, el gato le quitó una de las bolsas que tenía el amo, la llenó de hierba y dejó la bolsa abierta. En ese momento se acercó un conejo impresionado por el color verde de esa hierba y se metió dentro de la bolsa. El gato tiró de la cuerda que le rodeaba y el conejo quedó atrapado en la bolsa. Se hecho la bolsa a cuestas y se dirigió hacia palacio para entregársela al rey. Vengo de parte de mi amo, el marqués Carrabás, que le manda este obsequio. El rey muy agradecido aceptó la ofrenda.

Pasaron los días y el gato seguía mandándole regalos al rey de parte de su amo. Un día, el rey decidió hacer una fiesta en palacio y el gato con botas se enteró de ella y pronto se le ocurrió una idea. "¡Amo, Amo! Sé cómo podemos mejorar nuestras vidas. Tú solo sigue mis instrucciones." El amo no entendía muy bien lo que el gato le pedía, pero no tenía nada que perder, así que aceptó. "¡Rápido, Amo! Quítese la ropa y métase en el río." Se acercaban carruajes reales, era el rey y su hija. En el momento que se acercaban el gato chilló: "¡Socorro! ¡Socorro! ¡El marqués Carrabás se ahoga! ¡Ayuda!". El rey atraído por los chillidos del gato se acercó a ver lo que pasaba. La princesa se quedó asombrada de la belleza del marqués. Se vistió el marqués y se subió a la carroza.

El gato con botas, adelantándose siempre a las cosas, corrió a los campos del pueblo y pidió a los del pueblo que dijeran al rey que las campos eran del marqués y así ocurrió. Lo único que le falta a mi amo -dijo el gato- es un castillo, así que se acordó del castillo del ogro y decidió acercarse a hablar con él. "¡Señor Ogro!, me he enterado de los poderes que usted tiene, pero yo no me lo creo así que he venido a ver si es verdad."

El ogro enfurecido de la incredulidad del gato, cogió aire y ¡zás! se convirtió en un feroz león. "Muy bien, -dijo el gato- pero eso era fácil, porque tú eres un ogro, casi tan grande como un león. Pero, ¿a que no puedes convertirte en algo pequeño? En una mosca, no, mejor en un ratón, ¿puedes? El ogro sopló y se convirtió en un pequeño ratón y antes de que se diera cuenta ¡zás! el gato se abalanzó sobre él y se lo comió. En ese instante sintió pasar las carrozas y salió a la puerta chillando: "¡Amo, Amo! Vamos, entrad." El rey quedó maravillado de todas las posesiones del marqués y le propuso que se casara con su hija y compartieran reinos. Él aceptó y desde entonces tanto el gato como el marqués vivieron felices y comieron perdices.


 

EL RATONCITO PÉREZ
Erase una vez Pepito Pérez , que era un pequeño ratoncito de ciudad , vivía con su familia en un agujerito de la pared de un edificio.

El agujero no era muy grande pero era muy cómodo, y allí no les faltaba la comida. Vivían junto a una panadería, por las noches él y su padre iban a coger harina y todo lo que encontraban para comer. Un día Pepito escuchó un gran alboroto en el piso de arriba. Y como ratón curioso que era trepó y trepó por las cañerías hasta llegar a la primera planta. Allí vió un montón de aparatos, sillones, flores, cuadros..., parecía que alguien se iba a instalar allí.

Al día siguiente Pepito volvió a subir a ver qué era todo aquello, y descubrió algo que le gustó muchísimo. En el piso de arriba habían puesto una clínica dental. A partir de entonces todos los días subía a mirar todo lo que hacía el doctor José Mª. Miraba y aprendía, volvía a mirar y apuntaba todo lo que podía en una pequeña libreta de cartón. Después practicaba con su familia lo que sabía. A su madre le limpió muy bien los dientes, a su hermanita le curó un dolor de muelas con un poquito de medicina.

Y así fue como el ratoncito Pérez se fue haciendo famoso. Venían ratones de todas partes para que los curara. Ratones de campo con una bolsita llena de comida para él, ratones de ciudad con sombrero y bastón, ratones pequeños, grandes, gordos, flacos... Todos querían que el ratoncito Pérez les arreglara la boca.

Pero entonces empezaron a venir ratones ancianos con un problema más grande. No tenían dientes y querían comer turrón, nueces, almendras, y todo lo que no podían comer desde que eran jóvenes. El ratoncito Pérez pensó y pensó cómo podía ayudar a estos ratones que confiaban en él. Y, como casi siempre que tenía una duda, subió a la clínica dental a mirar. Allí vió cómo el doctor José Mª le ponía unos dientes estupendos a un anciano. Esos dientes no eran de personas, los hacían en una gran fábrica para los dentistas. Pero esos dientes, eran enormes y no le servían a él para nada.

Entonces, cuando ya se iba a ir a su casa sin encontrar la solución, apareció en la clínica un niño con su mamá. El niño quería que el doctor le quitara un diente de leche para que le saliera rápido el diente fuerte y grande. El doctor se lo quitó y se lo dió de recuerdo. El ratoncito Pérez encontró la solución: "Iré a la casa de ese niño y le compraré el diente", pensó. Lo siguió por toda la ciudad y cuando por fin llegó a la casa, se encontró con un enorme gato y no pudo entrar. El ratoncito Pérez se esperó a que todos se durmieran y entonces entró a la habitación del niño. El niño se había dormido mirando y mirando su diente, y lo había puesto debajo de su almohada. Al pobre ratoncito Pérez le costó mucho encontrar el diente, pero al fin lo encontró y le dejó al niño un bonito regalo.

A la mañana siguiente el niño vió el regalo y se puso contentísimo y se lo contó a todos sus amigos del colegio. Y a partir de ese día, todos los niños dejan sus dientes de leche debajo de la almohada. Y el ratoncito Pérez los recoge y les deja a cambio un bonito regalo.






VAMOS A CANTAR 

VAMOS A CONTAR MENTIRAS
Ahora que estamos reunidos, 
ahora que estamos reunidos, 
vamos a contar mentiras , tralara,
vamos a contar mentiras , tralara ,
vamos a contar mentiras.
Por el mar corren las liebres ,
por el mar corren las liebres ,
por el monte las sardinas , tralara , 
por el monte las sardinas , tralara , 
por el monte las sardinas.
Al salir del campamento ,
al salir del campamento ,
muerto de hambre y merendando , tralara , 
muerto de hambre y merendando , tralara , 
muerto de hambre y merendando.
Me encontré con un ciruelo , 
me encontré con un ciruelo ,
cargadito de manzanas , tralara , 
cargadito de manzanas , tralara , 
cargadito de manzanas. Empecé a tirarle piedras ,
empecé a tirarle piedras ,
y cayeron avellanas , tralara ,
y cayeron avellanas , tralara ,
y cayeron avellanas.
Con el ruido de las nueces,
con el ruido de las nueces ,
salió el amo del peral , tralara ,
salió el amo del peral , tralara ,
salió el amo del peral.
Chiquillo no tires piedras , 
chiquillo no tires piedras , 
que no es mío el melonar , tralara , 
que no es mío el melonar , tralara , 
que no es mio el melonar.
Es de una familia pobre , 
es de una familia pobre ,
que vive en El Escorial, tralara , 
que vive en El Escorial , tralara , 
que vive en El Escorial.

TENGO UNA MUÑECA VESTIDA DE AZUL

Tengo una muñeca
vestida de azul
con su camisita
y su canesu
la saque a paseo
se me constipo
la tengo en la cama
con mucho dolor.
Esta mañanita
me dijo el doctor
que le de jarabe
con un tenedor.
Dos y dos son cuatro ,
cuatro y dos son seis ,
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis.
Y ocho , veinticuatro
y ocho , treinta y dos.
Animas benditas,
me arrodillo yo. Tengo una muñeca
vestida de azul ,
zapatitos blancos
y gorro de tul ,
la lleve a pasear
se me constipo ,
la tengo en la cama
con un gran dolor.
Dos mas dos son cuatro ,
cuatro y dos son seis.
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis
y ocho veinticuatro,
y ocho treinta y dos ,
estas son las cuentas
que he sacado yo.